Es posible que hayas recurrido a leer este texto en busca de esa inspiración que, evidentemente, no llega en estas circunstancias. O movido por la curiosidad de cuáles serán los temas (aparte de los más que evidentes) sobre los que las murgas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife canten en su próximo (pseudo) concurso. Pero déjame decirte que, como tantos otros, el título de este artículo es solo una estrategia para que hicieras click y aumentaras el número de visitas a esta web. Pero espera, espera… no te vayas aún. Avanza un poco, confía en mí. Este título tiene un por qué. Y no tiene que ver al 100% con esta pandemia que nos trae de cabeza.
Ya en circunstancias “normales” (como si eso significara algo definitivo) cuesta escribir una letra de murga. Todo es presión: que si esto lo cantó fulanito en el año 2003, que si te crees que esta idea es tuya pero ya la has oído años atrás y lo has olvidado, que si quiénes son estas para intentar hacer humor, cuando lo de ellas es la crítica y punto. “¡Y PUNTO!” Dicen, como si el Carnaval fuera una cátedra y no un espacio donde la libertad total de ser “lo que a mí me da la gana en cada momento” es lo que le diera sentido. La presión es el entorno natural de los letristas murgueros. ¿Pero qué pasa si le añadimos una situación tan inestable como esta?
La presión es el entorno natural de los letristas murgueros. ¿Pero qué pasa si le añadimos una situación tan inestable como esta?
Si aún estás leyendo esta chapa y no conoces el mundo de las murgas por dentro, no te puedes imaginar lo difícil que es cambiar un fragmento de letra cuando la murga ya ha ensayado otra letra en esa misma música. La memoria musical juega malas pasadas y siempre hay quien canta la letra anterior y esto se combate con horas de ensayo (muchas horas de ensayo) hasta que el error se subsana. Ya que luego llegue el día del concurso y los nervios traicionen y alguien se haga un solo con letra diferente es inevitable y forma parte de la magia de esta, nuestra fiesta. Nos reímos y seguimos adelante.
Gara García con su murga, Tras con Tras. Foto: Carlos Guanche
Entonces ¿cómo hacemos los letristas con este año de arranques y frenazos, de actualidad loca y de cambios cada siete días? Si me preguntan a mí (me hago un poco la interesante, como si no fuera yo quien estuviera escribiendo este artículo) creo que la solución es tirar de esencia y pensar que, efectivamente, el Carnaval es ese espacio de TOTAL LIBERTAD, donde podemos ser y hacer lo que queramos, sin miedo a errores ni a juicios despiadados de quienes dicen amar esta fiesta, pero solo se aman a sí mismos.
Ese espíritu es el que debemos tener presente al escribir; olvidarnos de los miedos de lo que la gente espera de nuestro grupo y pisar, más libres que nunca, ese escenario que tanto añoramos en el próximo mes de febrero, marzo o cuando-sea-que-vayamos-a-poder-cantar.
...pisar, más libres que nunca, ese escenario que tanto añoramos en el próximo mes de febrero, marzo o cuando-sea-que-vayamos-a-poder-cantar.
Porque lo que sí parece seguro es que todo seguirá adelante, y más nos vale. La historia del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife depende de ello.
Gara García
Letrista y componente de la Murga Tras con Tras
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